miércoles, 28 de septiembre de 2011

EL CHOTACABRAS "Maestro del camuflaje"


Chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis)

   Dos especies muy parecidas revuelan por nuestra península Ibérica: el Chotacabras gris (Caprimulgus europaeos) y el Chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis)
   
   Sinceramente, es muy difícil dar con ellos, dado el perfecto mimetismo de su librea y su inactividad diurna, camuflado perfectamente en el suelo o posado en algún tronco rugoso. Solo lo descubriremos cuando lo espantamos por acercarnos a muy corta distancia, con nuestra  consiguiente sorpresa.
      
Cuando cierra los ojos desaparece.
   Si disimulamos al descubrirlo,  sin dejar de andar y mirando el lugar de su partida un poco de reojo, sin dirigirle en ningún momento nuestra faz, con suerte y si tenemos cuidado, podremos descubrir un par de huevos blancos,  moteados con manchas pardas, o en su defecto los pollos, más difíciles de ver por sus confusas pilosidades.
   Si, no hay nido; no lo necesita. Solo se ha aproximado a algún tronquito y con su extraordinario camuflaje, burla a los depredadores. Solo tiene que cerrar los ojos para que no brillen, dejándolos  ligeramente entreabierto justo para vigilarnos. Porque debemos recordar que la vida se muestra especialmente en el brillo de los ojos.
   Es tal su confianza a su camuflaje, que si nos movemos sin demasiadas brusquedades, nos aguantarán hasta que nos encontremos a solo un par de metros y a veces menos.
   Si advierte que hemos descubierto los huevos o sus pollos, cuando nos hayamos alejado, volverá para llevárselos en la “comisura bucal” uno a uno, e instalarlos en un nuevo lugar. De todas formas, tiene mucha costumbre de cambiarlos, sin motivo aparente, muy frecuentemente a solo unas decenas de centímetros varias veces al día.
Aproximación con movimientos suaves y sin dirigir nuestra faz y menos nuestra mirada al ave.
   No confundiros por el tamaño del pico, pues solo apreciamos la punta, pero su tamaño es impresionante, como ocurre con los vencejos.
      Una vez ha comprobado la ausencia de peligro, llega planeando a poca altura con varias pasadas de reconocimiento y se dejará caer verticalmente sobre su “nido”, con unos movimientos  irregulares muy sorprendentes.
     Poco más puedo contaros de este desconocido personaje de nuestras noches ya atemperadas, maestro del camuflaje.

NOTA: Esto es un extracto del artículo publicado en mi blog (http://manoloambou.blogspot.com//)

1 comentario:

  1. Impresionante el mimetismo de esta ave. Buen trabajo Manolo, en las fotos te veo hasta rejuvenecido, como lo haces?
    Saludos.

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